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05 diciembre, 2006

La casa

Las casas deben estar orientadas de forma que el sol del amanecer ilumine al menos dos paredes,la este y la sur;la balconada debe dar al sudeste si se puede;el poniente ha de calentar la fachada principal al oeste y la pared norte que deben estar lo más recogidas posible al gallego;el gallego es el viento del noroeste que suele acompañarse de ceñiscas importantes y maltrata tanto a los tejados como a las paredes.
Las paredes han de tener una cubierta y nuestra casa la tenía de una argamasa que se hacía con arcilla y cal y que aún se conseva en el portalón;todas las paredes de piedra se complementaban con este material y luego se blanqueaban con cal.Esta forma de construir era vistosa pero debió de favorecer el que las casas fueran húmedas y se oía hablar de la tisis más de lo recomendable.En un futuro se pondría de moda retirar la arcilla y dejar la piedra al descubierto y a su alrededor rellenar las juntas de argamasa de arena y cemento.Esta forma de proceder disminuía la humedad que la piedra pierde tan rápido como la coge y en las paredes exteriores no desmerece e incluso gusta a la vista;en los interiores oscurece demasiado las piezas y habrá que usar iluminaciones de diseño para que no parezca una cueva la estancia.
Delante de la balconada debía estar el corral que era franqueado bien por unos cobertizos que aumentaban el tamaño del corral al no tener pared en el lado que da a la casa o en su defecto por unas piezas de cuatro paredes que hacían las veces de cocheras para las calesas o cuadras o cortijos, según lo que conviniera a sus dueños en cada época.Mientras que el corral de la bisabuela tenía cobertizo,la de los abuelos tenía cuadras y una de elaas había sido cochera y tuvo en su día entrada de arco de sillería y un par de leones,leones que un agosto caluroso y mientras dormíamos la siesta el abuelo malvendió a un avispado comprador y hasta hoy no se volvió a saber nada de ellos.
El portalón al poniente no tenía puertas pero si los surcos en las losas de la entrada marcadas por las llantas de los carros;por esa puerta pasaban los vecinos que sintieron tanto como nosotros la picia de los leones; bajaban tres escalones al corral y siguiendo paralelos a las cuadras salían por otra portalada sin puertas en cuya piedra enteriza de sillería hay una fecha de 1786 en medio de su parte externa.
El portalón era y es de losas de piedra y siempre fué punto de encuentro de las juventudes y hasta una vez lugar de baile el día de la fiesta del pueblo ya que llovió tanto que en la bolera se hundían los tacones.Las golondrinas solían repetir al menos un nido por año en una de las grandes vigas donde había unos clavos que favorecían el asentamiento de sus amasijos de barro.
La parte este y norte,la huerta, rodeada de una alta pared de piedra y la casona con la que se lindaba ya desaparecida se sustituyó por una pared más baja y de peor calidad pero que nos permitía ver la bolera antes oculta.La yedra se hacía dueña de las paredes y los pájaros anidaban en ella.Ya no van las golondrinas,el asfalto y la higiene vacuna acabarón con los mosquitos,su principal fuente de alimentación.Pasó lo mismo con los sapos cancioneros,apenas se oye alguna rana nocturna en el riachuelo cercano de donde el cangrejo también se esfumó.No solo los humanos se me han esfumado.

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