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28 diciembre, 2006

La Probanza

Una vez que el cerdo estaba en canal se le amarraba a una escalera y se le ponía a buen recaudo hasta el día siguiente;en esas horas y a partir de algún momento ya tardío de la década de los cincuenta aparecía el cobrador;solía ser o más bien era el cartero;se llevaba un trozo de hígado para su análisis y dar el visto bueno al consumo del presunto y sus derivados;se descartaba al menos la triquinosis y quizás otros parásitos en el laboratorio de la farmacia de la zona.No habrá posiblemente registros del peso del gocho en canal;se utilizaba una romana para ello;ésta era una balanza de brazos desproporcionadísimos;el más largo era el fiel donde corría siempre el mismo peso de ranura en ranura que podían indicar libras,arrobas o kilos;un buen peso era en torno a las 9 arrobas(@);cada arroba equivale a 11,502 kilos;poco más o menos unos 100 kilos era un tamaño bien logrado;años más tarde los cerdos de cebo en canal vienen a pesar 240 hilos,unos 120 cada canal lo que dificulta en sumo su manejo a los carniceros.El punto de corte de ambos brazos tenía gancho hacia arriba para sujetarse en sitios bien fornidos y los ganchos de abajo para sujetar al objeto a pesar,en este caso un cerdo en canal.
Empezada la partición se iniciaba con prontitud el reparto vecinal de una cesta con distintas piezas;evidentemente el reparto no era caritativo,hoy por tí y mañana por mí;es de suponer que se llevarían mejores cestas los más ligados afectivamente a la familia.Como era inusual que más de una familia matara al presunto el mismo día,lo que hoy dabas otro día lo recibías,así parece ser la vida.Sí recuerdo haber sido porteador de aquellas cestas y de otras que ya contaré;bajaba las escaleras volando: los ocho primeros hasta un descansillo cuadrado de madera y los cuatro siguientes a la derecha que eran de igualmente de madera y acababan en un descansillo de losa;los ocho escalones restantes eran y siguen siendo de piedra acabando en el portal que da reparto a cuatro piezas: portalón a la izquierda ,cuadra a la derecha,al frente la carbonera y la bodega que esá bajo la misma escalera y cuya puerta está junto al inicio o final de la escalera dependiendo de si se sube o se baja;a medida que uno crecía se bajaban de cuatro en cuatro y afortunadamente sin lesiones hasta la fecha donde ya de uno en uno no está mal.

24 diciembre, 2006

La matanza del cerdo

Llegó el invierno,los días son cortos y se pasa más tiempo en la cocina y como no, en el fogón, encima de una manta ya que los azulejos son frios y nada confortables para las nalgas;siempre con cuidado de que la manta no se acercara a la plancha y se quemara.
El ordeño de la tarde se acababa de noche aunque se iniciara al caer la tarde;se repitían los ruidos de las mañanas con los calderos y las perolas;el abuelo en el pajar había ido sacando hierba de la peña para dar sulenta cena a nuestras vacas;había liberado ya las boqueras del pajar y también la puerta frente a la cocina que da al final del pasillo donde se entrenaba uno con el tacatá en los pinitos de bipedestación.La deshoja había procurado una buena pila de panojas que se oreaban en el balcón;cada noche la familia desgranaba un cesto de ellas y el menda a jugar con los garojos y en cuanto tuvo habilidades participaba del desgrane;a medida que el grano tapaba las panojas había que sumerger la mano en el maíz en busca de las últimas;siempre había cierta competencia y encuentros con otras manos en aquel submundo de grano y un ¡la pillé yo!;la abuela preparaba la cena,como siempre, de los suyos incluyendo al cerdo.
Durante la cena mi madre comenta que pasado mañana se bajarían a la tía de suso;se la prepararía mi habitación y yo a dormir con el abuelo mientras esté en nuestra casa durante la matanza;se ha roto la MONOTONÍA del otoño y del inicio del invierno.Todos asienten y cada cual se encargará de unas u otras cosas;mi padre avisará al matarife;hace unos días se trajo a la cuadra un carro de rozo:hierba con abundantes helechos y algún escajo que se usará para quemar las cerdas del presunto una vez haya dejado de berrear en el tajo.Se habían traido tripas que se compraban en otro pueblo del que ya contaré como íbamos y veníamos en otro momento.En la habitación adjunta a la cocina o trastero que era bien amplio,se desarrolló una actividad inusual sacando y limpiando barreños,se ponía a punto la máquina de triturar carne y hacer chorizos,morcillas; creo recordar que aquella máquina rotaba por las casas de los vecinos;se trataba de tenerlo todo listo para que a la experta en manejar las especias no le faltara nada esencial:como pimienta,orégano,tripas,cebollas...el día previo a la matanza la cocina parecía una fábrica donde había muchos recipientes con distintos contenidos y de donde las cebollas nos hacían poner distancia con grandes lagrimones;no era el mejor sitio para estar aquella noche, que una vez más dormiría con el abuelo, pero con gran inquietud por no perderme nada de lo que sucedería mañana,el día más importante vísperas de la Navidad;se prepararía la despensa de todo un año en menos de setenta y dos horas.
Podríamos resumir la matanza en preparativos previos,el día D y la probanza;vayamos con el día D.A la cuadra se podía y se puede acceder desde el pajar por una escalera de madera que cae justo a la gran puerta de la cuadra y que da a la fachada principal;también se accedía a la cuadra desde el portal adjunto al portalón,subiendo tres peldaños;quedaría el cortijo o residencia del cerdo a la derecha de la entrada y la pila de rozo a la izquierda;se caminarían unos pasos,los que daría el cerdo el día D,de frente y luego se giraría a la izquierda quedando al frente a la gran puerta de la cuadra y quedando a la espalda el estercolero; en ese paseillo entre la gran puerta,cercanos a ella y a tres pasos de la escalera de acceso al pajar y el estercolero al fondo, se realizaría el ritual anual del sacrificio del cerdo.
Con más motivos de los habituales el día del sacrificio me desperté cuando el abuelo dejó de darme calor;salté de la cama casi que atropellando al abuelo;los detalles de vestirme,asearme,desayunar,etc quedan tapados por lo que sigue:me apostaba en el pajar y bajaba por la escalera a la cuadra,subía y bajaba a controlar imnumerables veces si había llegado el personal que se encargaría de sacar al cerdo de la chonera, acercarle al tajo, sujetarle, matarle, chamuscarle la piel, abrirle en canal y descuartizarle minuciosamente para que nada tocara el suelo; la sangre se recogía en un caldero;todo iba a las maseras de madera:las tripas,las vísceras:pulmones,corazón,hígado;de allí uno no se movería hasta que no estuviera repartido y bien partido todo el cerdo y puesto a buen recaudo.
Los momentos más cruciales,cuando había varios adultos tomando la decisión de empezar el ritual,me creaban gran ansiedad;me recuerdo,con las palmas de las manos entre los muslos,frotándolas mientras me alejaba y me acercaba en el pajar a la escalera;bajaba unos cuantos escalones,los justos para ver como unos adultos,uno con un gancho se metían a la chonera donde ya antes de que esto ocurriera ,se movía inquieto el cerdo y berreaba más de lo normal intuyendo que había llegado su San Martín;los berridos aumentaban, como no,cuando le pinchaban el gancho en el pescuezo y tiraban de él mientras otros lo empujaban por detrás y prácticamente en volandas lo ponían en el tajo donde se le sujetaban las cuatro patas,el cuerpo y la cabeza,dejando espacio al matarife para que pinchara en el cuello buscando los grandes vasos, de donde surtía con fuerza un chorro de sangre que inicialmente acertaba a esquivar el caldero y manchar el suelo y al matarife,sino a más personas;a pesar de la gran tensión interior con manifestaciones externas que me provocaba tal escena no podía evitar el contemplarla;se repetía año tras año la misma situación;la matanza dejó de hacerse antes de que me hiciera adulto y no participé activamente en ella,siempre fuí espectador,hasta que me hice adulto y participé en otras escenas menos sangrientas pero igual de violentas que me rememoraron a partir de algún momento la matanza del cerdo y como no, me crearon siempre gran ansiedad.

18 diciembre, 2006

Carreteros a jornal

Habrá quien piense que los transportes siempre se hicieron por carretera,ferrocarril,mar y aire.En la década de los ciencuenta ya había una carretera local que unía dos carreteras nacionales;las carreteras locales se hicieron a principios del siglo XX y alguno de los abuelos del pueblo trabajaron en su construcción y nos lo contaron,aún faltaba mucho tiempo para que llegara el alquitrán;muy parecido el aspecto a als camberas;mucha piedra y poc tierra para que resistieran el futuro:los camiones de seis,nueve toneladas.Sustituyeron a los caminos reales, entre ventas, que eran estrechos y casi unidireccionales a duras penas; se plantaron plátanos de indias para tener sombra cada cierta distancia en los días de calor extremo;era habitual hacer andando varios kilómetros para ir de pueblo en pueblo o hacer el camino en el carro tirado por una pareja de vacas en unas zonas y de bueyes en otras;en ocasiones eran un refugio para la lluvia si bien quien se resguarda debajo de hoja dos veces se moja,así al menos reza el refrán.Aún recuerdo con qué carretero y como se hizo el camino un día de lluvia de un armario que aún anda por casa;la jornada se hizo por unas perrillas y una comida;hice compañía;nos calamos ambos pero el armario bien tapado sobrevivió a aquel pequeño diluvio que nos complicó y bastante la mañana.Afortunadamente llegaron otros tiempos,la fábrica y el trabajo estable,la pareja,los hijos y una vida digna lejos de la temporalidad escasa y sin futuro para los jóvenes en aquel medio rural donde acaba de fallecer su madre tras una larga demencia senil;descanse en paz y encuentre consuelo en nuestro segundo hogar. Aquella mujer con varios hijos varones se las tenía que ver con el sueldo de un obrero y los jornalillos de los chavales en trabajos muy puntuales.

06 diciembre, 2006

Prestaciones o ir a caminos

No se trata de lo que un ciudadano tiene derecho a recibir de la seguridad social o de los servicios sociales que son cosas del futuro y muy modernas.En la vida rural los ciudadanos tenían el deber de contribuir al mantenimiento de las camberas y regatos que desviaban las aguas hacia las fincas particulares evitando que se deterioran los caminos cuando las lluvias apretaban.Por aquel entonces aú no se cotizaba para el subsidio de vejez y por supuesto los ancianos que no habían trabajado en la industria o las fábricas malvivían;no recuerdo a nadie con pensión en los cincuenta;creo que no existían esas cosas al alcance de mi vista al menos.
El presidente,padre de un montón de hijos y el tesorero,mi abuelo decidían que camino había que arreglar ese año.Se marcaban tantos trozos, de tres a cuatro metros de largo,como familias había y se ponían unos plazos para hacer la faena que se cumplían sin rechistar;no se necesitaba a la guardia civil,era cuestión de orgullo,de honor,de no ser menos que el vecino,de autoestima,del deber cumplido...o de saber que nos beneficiaba a todos estar todos en el ajo...piensen ustedes otras razones de tal puntualidad germánica...quizás restos del imperio español del siglo anterior,jeje.
En aquella faena participabamos hasta los mocosos y nadie hablaba de abusos infantiles;imitar a los mayores y poder usar una maza pequeña,no la de los adultos,era una faena que nos encantaba;picabamos cuatro piedras y estorbábamos más que ayudábamos pero nadie nos tiraba de allí.Los carreteros se encargaban de traer piedras y tierras y los demas de esparcer y allanar a mazazos el rectángulo que nos había tocado en liza.
Con el tiempo se consolidaba el suelo y era inevitable que siempre surgiera una pequeña loma central en el camino y dos hundimientos laterales paralelos donde nunca faltaban algunos baches en los lugares donde peores materiales se pusieron,claro.

05 diciembre, 2006

La casa

Las casas deben estar orientadas de forma que el sol del amanecer ilumine al menos dos paredes,la este y la sur;la balconada debe dar al sudeste si se puede;el poniente ha de calentar la fachada principal al oeste y la pared norte que deben estar lo más recogidas posible al gallego;el gallego es el viento del noroeste que suele acompañarse de ceñiscas importantes y maltrata tanto a los tejados como a las paredes.
Las paredes han de tener una cubierta y nuestra casa la tenía de una argamasa que se hacía con arcilla y cal y que aún se conseva en el portalón;todas las paredes de piedra se complementaban con este material y luego se blanqueaban con cal.Esta forma de construir era vistosa pero debió de favorecer el que las casas fueran húmedas y se oía hablar de la tisis más de lo recomendable.En un futuro se pondría de moda retirar la arcilla y dejar la piedra al descubierto y a su alrededor rellenar las juntas de argamasa de arena y cemento.Esta forma de proceder disminuía la humedad que la piedra pierde tan rápido como la coge y en las paredes exteriores no desmerece e incluso gusta a la vista;en los interiores oscurece demasiado las piezas y habrá que usar iluminaciones de diseño para que no parezca una cueva la estancia.
Delante de la balconada debía estar el corral que era franqueado bien por unos cobertizos que aumentaban el tamaño del corral al no tener pared en el lado que da a la casa o en su defecto por unas piezas de cuatro paredes que hacían las veces de cocheras para las calesas o cuadras o cortijos, según lo que conviniera a sus dueños en cada época.Mientras que el corral de la bisabuela tenía cobertizo,la de los abuelos tenía cuadras y una de elaas había sido cochera y tuvo en su día entrada de arco de sillería y un par de leones,leones que un agosto caluroso y mientras dormíamos la siesta el abuelo malvendió a un avispado comprador y hasta hoy no se volvió a saber nada de ellos.
El portalón al poniente no tenía puertas pero si los surcos en las losas de la entrada marcadas por las llantas de los carros;por esa puerta pasaban los vecinos que sintieron tanto como nosotros la picia de los leones; bajaban tres escalones al corral y siguiendo paralelos a las cuadras salían por otra portalada sin puertas en cuya piedra enteriza de sillería hay una fecha de 1786 en medio de su parte externa.
El portalón era y es de losas de piedra y siempre fué punto de encuentro de las juventudes y hasta una vez lugar de baile el día de la fiesta del pueblo ya que llovió tanto que en la bolera se hundían los tacones.Las golondrinas solían repetir al menos un nido por año en una de las grandes vigas donde había unos clavos que favorecían el asentamiento de sus amasijos de barro.
La parte este y norte,la huerta, rodeada de una alta pared de piedra y la casona con la que se lindaba ya desaparecida se sustituyó por una pared más baja y de peor calidad pero que nos permitía ver la bolera antes oculta.La yedra se hacía dueña de las paredes y los pájaros anidaban en ella.Ya no van las golondrinas,el asfalto y la higiene vacuna acabarón con los mosquitos,su principal fuente de alimentación.Pasó lo mismo con los sapos cancioneros,apenas se oye alguna rana nocturna en el riachuelo cercano de donde el cangrejo también se esfumó.No solo los humanos se me han esfumado.

04 diciembre, 2006

El abuelo cincuentón

Usaré palabras inexistentes para llamar como Dios manda a mis güelos,güelo y güela, palabras que no encontrarán en los diccionarios, eran los sonidos con los que yo me dirigía a ellos o los citaba cuando hablaba con otros de sus cosas. Dicho esto calculo que si mi madre nació en 1934 y mi abuelo pasó casi 30 años en Cuba y nació en 1898,su tio Antonio,el cubano, se lo quitó de encima a los calgueños cuando tenía entre seis y ocho años.Sí que debía ser muy niño cuando partió el día antes de embarcar de su aldea y durmió en una pensión cerca del puerto;lo de dormir,mi padre se reía a carcajada limpia cuando lo contaba,no era del todo seguro que durmiera ya que antes de acostarse se fué al baño y tiró de una cadena y salió tanto agua que corrió asustado a la cama que le habían asignado tapándose mientras decía:con todo el agua que está saliendo nos ahogamos.No sospecharía que la mar era tan grande y que pasaría en ella unas semanas sin ahogarse.
De su estancia en Cuba pocas cosas oí;comentaba a veces que los americanos eran todo dinero y no tenían sentimientos;la corrupción era total en el primer tercio de siglo XX desde que España perdió la guerra de Cuba y Filipinas en 1898, por lo que decidió volver a la península;tuvo que apalabrar con un socio gallego la liquidación del negocio que regentaban a medias y siempre dijo que el gallego cumplió honorablemente.Deduzco que se dedicó allá al comercio desde que llegó;lo haría trabajar el tio de pinche en sabe uno donde hasta que se independizó.No quiso, tras una venida breve con segunda vuelta, volver por tercera vez a Cuba una vez que falleció su tio que al parecer dejó fincas allá;mi madre sospecha que no se atrevió a pesar de la presión de la familia primaria y no recuerda los motivos de tal resistencia o si alguna vez los oyó no los recordó para pasarlos en la tradición oral familiar.Algunos secretos debió llevarse a la tumba el abuelo donde no pudo evitar un borrón por culpa de sus descendientes que muchos años más tarde no hemos corregido el error del seputurero...es gramatical,no se vayan a pensar cosas raras.
Al principio de la década de los treinta ya de vuelta y muy chuleta con su traje de domingo con chaleco,sombrero y el puro habano de los domingos por la tarde, cayó en los encantos de la abuela y no tuvo mejor idea que comprar la casa junto a la futura suegra,mi bisabuela;le costó nueve mil quinientas pesetas de entonces, con huerta incluida e inquilinos;la casa tiene añadidos arriba y a los lados donde vivieron familias en condiciones medievales hasta la década de los sesenta.No conocí unos magnolios delante de la portada principal donde ahora el Ayuntamiento se ha adueñado de la plaza por todo el morro cuando durante décadas se autorizó a vecinos construir en terrenos públicos y darles hasta un trozo de jardín.También los abuelos vivieron en condiciones medievales;siempre recuerdo que había luz,aunque pobre de brillo;el agua al balde los domingos, donde se aseaba el abuelo y donde la abuela lo vestía de fiesta;le permitía ir a la partida después de la comida y seguía fumándose el puro en la taberna;la fiesta social se acababa para el ordeño de la tarde noche.La acometida de agua la recuerdo con detalles propios y otros añadidos.Las zanjas se hicieron por el medio de las camberas o caminos del pueblo que nada tiene que ver el nombre con las trampas o cestas de coger cámbaros.Para llegar a la casa del abuelo hubo sus más y sus menos con el alcalde en la primera fase,lo solucionó la bisabuela que tranquilizó a mi padre más cabreado que una mona y pasó la zanja por la huerta que lindaba con la nuestra y por fín llegó el agua corriente que exigiría obras de adaptación de las antiguas construcciones así como zanja en nuestra huerta y por fin grifos que se abrían y cerraban en el pozo de la huerta que serviría de lavadero,aún no habían llegado las lavadoras y se lavaba en el pozo comunal blanqueando con añil las prendas blancas.
Durante unos años hubo una criada que acaba de fallecer en estos días.Quiero suponer que mi madre,hija única, una vez aprendió a hacer las cosas del día a día, sustituyó a aquella y quizás fue el motivo de que nunca se plantearan sacarla a estudiar lejos del pueblo.La abuela tuvo algún problema en el parto casero y no pudo volver a concebir,en esa época lo típico eran las familias numerosísimas y era atípico tener solo un hijo;lo que pasó nunca lo supe,la abuela quedó tocada por la infertilidad;tampoco se hablaba de ese tema demasiado,no era agradable recordar...Además de no tener famila numerosa mis abuelos,no sé porqué,no tuvieron perro cuando todos los vecinos tenían uno o más;tampoco tuvieron pareja o yunta de tiro o dos vacas preferentemente tudancas o suizas,que se uncían juntas al yugo para tirar de lo que se les pusiera al sobeo,fuera un carro,una rabona,un arado,un rastro...Sospecho que mi madre pasó pronto,de muy niña a ser criada y al igual que la abuela no salió del pueblo, pudiendo haber ido a estudiar como hicieron otras primas.No sabremos los motivos de este desliz o desacierto de los abuelos;los platos rotos los pagó mi madre que a pesar de todo se ha defendido aceptablemente en la vida pero con esa púa en el corazón.
En el pueblo además de vacas,de oídas sé que se criaron caballos en los pastos de los montes vecinales y ovejas a medias con otras familias.Mi abuelo no se si era bueno porque sí o porque no quería lios;lo engañaban sistemáticamente y se dejaba;todos tenemos derecho a comer,solía decir como si de Besteiro se tratase,por algo le apodaban así,lo admiraba;en todos sus negocios a medias ponía las pérdidas;si prestaba no recaudaba;ponía más sentimiento que los americanos e hizo el bien sin mirar bien a quién;nadie es perfecto aun siendo hombre de buenas costumbres y si alguna vez no lo fué en su Cuba Juvenil,nunca lo supimos.Creo que debiera haber sido un caballero feudal con sus obligaciones con los suyos,familia y vecinos y casi sin derechos.Yo comía la sopa boba,uno más que se aprovechaba de su existencia;no parecía decirlo para ofender,solo con un poco de socarronería que no solo no me disgustaba;me gustaba presentarme a poner la mano para seguir comiendo de la sopa boba y si era domingo algo caía;si no era fiesta la mano nunca se ponía.