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04 diciembre, 2006

El abuelo cincuentón

Usaré palabras inexistentes para llamar como Dios manda a mis güelos,güelo y güela, palabras que no encontrarán en los diccionarios, eran los sonidos con los que yo me dirigía a ellos o los citaba cuando hablaba con otros de sus cosas. Dicho esto calculo que si mi madre nació en 1934 y mi abuelo pasó casi 30 años en Cuba y nació en 1898,su tio Antonio,el cubano, se lo quitó de encima a los calgueños cuando tenía entre seis y ocho años.Sí que debía ser muy niño cuando partió el día antes de embarcar de su aldea y durmió en una pensión cerca del puerto;lo de dormir,mi padre se reía a carcajada limpia cuando lo contaba,no era del todo seguro que durmiera ya que antes de acostarse se fué al baño y tiró de una cadena y salió tanto agua que corrió asustado a la cama que le habían asignado tapándose mientras decía:con todo el agua que está saliendo nos ahogamos.No sospecharía que la mar era tan grande y que pasaría en ella unas semanas sin ahogarse.
De su estancia en Cuba pocas cosas oí;comentaba a veces que los americanos eran todo dinero y no tenían sentimientos;la corrupción era total en el primer tercio de siglo XX desde que España perdió la guerra de Cuba y Filipinas en 1898, por lo que decidió volver a la península;tuvo que apalabrar con un socio gallego la liquidación del negocio que regentaban a medias y siempre dijo que el gallego cumplió honorablemente.Deduzco que se dedicó allá al comercio desde que llegó;lo haría trabajar el tio de pinche en sabe uno donde hasta que se independizó.No quiso, tras una venida breve con segunda vuelta, volver por tercera vez a Cuba una vez que falleció su tio que al parecer dejó fincas allá;mi madre sospecha que no se atrevió a pesar de la presión de la familia primaria y no recuerda los motivos de tal resistencia o si alguna vez los oyó no los recordó para pasarlos en la tradición oral familiar.Algunos secretos debió llevarse a la tumba el abuelo donde no pudo evitar un borrón por culpa de sus descendientes que muchos años más tarde no hemos corregido el error del seputurero...es gramatical,no se vayan a pensar cosas raras.
Al principio de la década de los treinta ya de vuelta y muy chuleta con su traje de domingo con chaleco,sombrero y el puro habano de los domingos por la tarde, cayó en los encantos de la abuela y no tuvo mejor idea que comprar la casa junto a la futura suegra,mi bisabuela;le costó nueve mil quinientas pesetas de entonces, con huerta incluida e inquilinos;la casa tiene añadidos arriba y a los lados donde vivieron familias en condiciones medievales hasta la década de los sesenta.No conocí unos magnolios delante de la portada principal donde ahora el Ayuntamiento se ha adueñado de la plaza por todo el morro cuando durante décadas se autorizó a vecinos construir en terrenos públicos y darles hasta un trozo de jardín.También los abuelos vivieron en condiciones medievales;siempre recuerdo que había luz,aunque pobre de brillo;el agua al balde los domingos, donde se aseaba el abuelo y donde la abuela lo vestía de fiesta;le permitía ir a la partida después de la comida y seguía fumándose el puro en la taberna;la fiesta social se acababa para el ordeño de la tarde noche.La acometida de agua la recuerdo con detalles propios y otros añadidos.Las zanjas se hicieron por el medio de las camberas o caminos del pueblo que nada tiene que ver el nombre con las trampas o cestas de coger cámbaros.Para llegar a la casa del abuelo hubo sus más y sus menos con el alcalde en la primera fase,lo solucionó la bisabuela que tranquilizó a mi padre más cabreado que una mona y pasó la zanja por la huerta que lindaba con la nuestra y por fín llegó el agua corriente que exigiría obras de adaptación de las antiguas construcciones así como zanja en nuestra huerta y por fin grifos que se abrían y cerraban en el pozo de la huerta que serviría de lavadero,aún no habían llegado las lavadoras y se lavaba en el pozo comunal blanqueando con añil las prendas blancas.
Durante unos años hubo una criada que acaba de fallecer en estos días.Quiero suponer que mi madre,hija única, una vez aprendió a hacer las cosas del día a día, sustituyó a aquella y quizás fue el motivo de que nunca se plantearan sacarla a estudiar lejos del pueblo.La abuela tuvo algún problema en el parto casero y no pudo volver a concebir,en esa época lo típico eran las familias numerosísimas y era atípico tener solo un hijo;lo que pasó nunca lo supe,la abuela quedó tocada por la infertilidad;tampoco se hablaba de ese tema demasiado,no era agradable recordar...Además de no tener famila numerosa mis abuelos,no sé porqué,no tuvieron perro cuando todos los vecinos tenían uno o más;tampoco tuvieron pareja o yunta de tiro o dos vacas preferentemente tudancas o suizas,que se uncían juntas al yugo para tirar de lo que se les pusiera al sobeo,fuera un carro,una rabona,un arado,un rastro...Sospecho que mi madre pasó pronto,de muy niña a ser criada y al igual que la abuela no salió del pueblo, pudiendo haber ido a estudiar como hicieron otras primas.No sabremos los motivos de este desliz o desacierto de los abuelos;los platos rotos los pagó mi madre que a pesar de todo se ha defendido aceptablemente en la vida pero con esa púa en el corazón.
En el pueblo además de vacas,de oídas sé que se criaron caballos en los pastos de los montes vecinales y ovejas a medias con otras familias.Mi abuelo no se si era bueno porque sí o porque no quería lios;lo engañaban sistemáticamente y se dejaba;todos tenemos derecho a comer,solía decir como si de Besteiro se tratase,por algo le apodaban así,lo admiraba;en todos sus negocios a medias ponía las pérdidas;si prestaba no recaudaba;ponía más sentimiento que los americanos e hizo el bien sin mirar bien a quién;nadie es perfecto aun siendo hombre de buenas costumbres y si alguna vez no lo fué en su Cuba Juvenil,nunca lo supimos.Creo que debiera haber sido un caballero feudal con sus obligaciones con los suyos,familia y vecinos y casi sin derechos.Yo comía la sopa boba,uno más que se aprovechaba de su existencia;no parecía decirlo para ofender,solo con un poco de socarronería que no solo no me disgustaba;me gustaba presentarme a poner la mano para seguir comiendo de la sopa boba y si era domingo algo caía;si no era fiesta la mano nunca se ponía.

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