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21 noviembre, 2006

La vida del cochino

Una tarde cualquiera de primavera aparecía por el vecindario el camión de los gorrinos;el camión tenía diversos compartimentos ocupados por camadas de distinto tamaño según los meses que tuvieran;rápido se corría la voz y el señor exponía su mercancia a quienes se interesaban por ella;si alguien no se decidía aquella tarde podía tranquilizarse,el señor anunciaba que volvería en un par de semanas con más camadas;nos sorprendía que solo vendiera machos;entendíamos que aquellas camadas que ponía a la venta habían sido criados por una hembra,mas nunca veíamos tal escena en nuestra aldea.
Cada vecino seleccionaba al cochino según tamaño ,el precio y se supone que cada cual hacía sus cálculos sobre el estado de las provisiones de la matanza del año anterior.Comprado el cerdo pasaba a los cortijos donde no les faltaban tres comidas al día.

Un tiempo después aparecía por la aldea el capador que hacía su faena de casa en casa sin omitir ninguna;se decía que los cochinos destinados a la matanza debían ser castrados para mejor sabor de sus carnes y nadie osaba ahorrarse las perras de un acto tan ruidoso.

El resto del año al cochino se le oía en la oscuridad del cortijo,apenas se le veía en su oscuro espacio rodeado de una empalizada alta,una puerta que el animal traspasaba pocas veces en su año y pico de existencia;bajo la empalizada frontal estaba el cocino,una hermosa piedra arenisca casi esférica con un hoyo en la parte superior donde se depositaba la comida y donde solo era visible el morro del presunto alimentándose.

Pasarían meses hasta que en torno a la Navidades se presentaran días que cambiaban por completo la rutina del otoño ya acabado y el invierno recien estrenado.Y las noticias, buenas o malas, como siempre se oían en la cocina y para el cerdo no eran buenas.

1 comentario:

  1. La experiencia ha enseñado a los habitantes del medio rural que no se logran los chorizos y morcillas si se utilizan condimentos de un cochino sin castrar.Ahorrar en el capador seria una ruina en la despensa para todo un año.

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