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19 junio, 2007

Alianza, Trampa y a por la Trucha

Hay recuerdos de objetos y de sujetos;hoy le toca el recuerdo al vecino;cinco meses más joven que el cuentista;era y debe seguir siendo un gran observador del mundillo que nos rodea y en el que empezábamos a dar nuestros primeros pasos sin contar con los adultos y que nos preparaba quizás para ser adultos.
Los valles casi que irremediablemente en su parte más baja suelen ser ocupados por riachuelos y nosotros lo teníamos a unos pocos pasos de nuestras casas;entrábamos a una huerta particular que durante años tenía el "pozo de lavar"(antes de la llegada de las lavadoras de carga superior y hélice en el fondo), de uso comunitario para los vecinos cercanos;unos metros más abajo un puentecito de maderos nos permitía atravesar le riachuelo en un punto donde unas rocas estrechaban el paso del agua, que caía abruptamente y había formado un pozo truchero entre la pared de piedra de la huerta más cercana a las viviendas y las rocas del extremo contrario;ambas partes tenían huecos que permitían esconders a las truchas.
Cuando nos acercábamos sigilosamente al pozo pocas veces veíamos a la trucha de nuestros desvelos; bajábamos a la orilla y con un palo enredábamos en los huecos para hacer salir a las truchas;la mayoría de las veces no hacía falta;la trucha detectaba nuestra presencia,vayan a saber ustedes como y siempre salía del mismo sitio e iba de igual forma al otro extremo del pozo y seguía siempre la misma dirección escondiéndose en bajo la misma roca de siempre.
Aquella trucha había de ser nuestra y la idea de como atraparla casi que con toda seguridad fue de mi amigo y sino fuera así se la adjudico, ya que me salvó de muchos tropiezos en las muchas incursiones de pesca veraniegas por los riachuelos del valle, peleamos con anguilas tiempo después hasta hacernos con ellas,me libró en última instancia de pisar una culebra cuando saltábamos una pared para entrar a la orilla del rio en otra correría;además siempre dispuso de una inteligencia natural que solo debía apreciar yo ya que las broncas que recibía de los suyos para mí que no tenían justificación alguna...bueno destrozaba las zapatillas un poco más rápido que yo y eso parecía doler a su madre.Bien se merece estar y seguir en mis recuerdos tanto como nuestras correrías infantiles.
El caso que una vez pensada la maniobra para pillar a la trucha nos pusimos manos a la obra y nos hicimos con un saco o saca de las que se usan para la paja;la metimos unas piedras en el fondo para que no flotara,la boca la mantuvimos abierta con un palo vertical y preparamos la trampa;Si la trucha siempre salía de A e iba a B pusimos el saco en medio del recorrido de siempre y con un palo largo incordiamos en la cueva A y....funcionó..., la trucha entró disparada en el saco...imagínense los gritos al observar el gran acontecimiento y las caras de satisfacción al sacar el saco y encontrar en su fondo entre las piedras a la codiciada presa....orgullosos nos alejamos del rio y no recuerdo quien se quedó con ella...solo recuerdo nuestra gran hazaña...observar...planear y ejecutar...¡vaya equipo!

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